Alcotrista

DOI: https://doi.org/10.51417/figlinae_013

El alfar de Alcotrista se localiza dentro del cortijo homónimo a la altura del Km 21 de la carretera de Écija a Palma del Río, junto a la margen derecha del Genil. Ocupa una superficie aproximada de 1,7 ha (Bourgeon, 2022, 129).

Fue descubierto en 1900 por G. Bonsor. La erosión del río había dejado al descubierto restos de “grandes ánforas esféricas, tiestos y vasijas de varias formas, tejas planas y ladrillos” (Bonsor, 1989 [Ed. Or. 1931], 29).

A mediados del siglo XX J. Hernández, A. Sancho y F. Collantes de Terán informan del hallazgo de muros construidos con fragmentos de ánforas y abundantes restos cerámicos visibles a raíz de los desplomes de la orilla (Hernández et alii, 1951, 94).

El yacimiento fue prospectado en 1975 por G. Chic, quien pudo observar un gran horno circular con pilar central y recoger 58 sellos (Chic, 1985, 36; 2001, 93-102) y de nuevo por M. Ponsich en los años ochenta, que lo considera un importante centro productor de ánforas Dressel 20 (Ponsich, 1991, 61).

El corpus epigráfico de Alcotrista es analizado por P. Berni (2008, 419-424), que concluye “la más que probable existencia de un consorcio de figlinae instaladas por esta zona con una actividad paralela, especialmente intensa y longeva desde época antoniniana hasta avanzado el s. III d.C.” con un predominio de los sellos de la figlina Colobraria (Berni, 2008, 419).

En 2013 O. Bourgeon realizó nuevas prospecciones sistemáticas, resaltando la densidad particularmente elevada de fragmentos cerámicos en torno a un montículo que interpreta como vertedero de ánforas formado sobre estructuras del taller abandonadas (Bourgeon, 2022, 132). A partir del estudio de los sellos sobre Dressel 20, que enriquece con 133 nuevos hallazgos, la autora establece seis fases de funcionamiento del taller desde sus inicios, en el segundo tercio del siglo I d.C. hasta el cese de su actividad hacia mediados del siglo III d.C. (Ibíd. 136-146).