Tania Mosquera Castro (Tempos Arqueólogos / GEPN-AAT, USC), Roberto Bartolomé Abraira (Engobe Arqueología), Mario César Vila (Tempos Arqueólogos), Esperanza Martín Hernández (Dolabra Arqueología), Francisco Alonso Toucido (Tempos Arqueólogos) , 2022: Alfar de Panxón, Figlinae Hispanae, https://figlinaehispanae.icac.cat/yacimiento/alfar-de-panxon/
DOI: https://doi.org/10.51417/figlinae_071
El alfar romano de Panxón se sitúa en la Rúa Tomas Mirambel nº8, frente a la playa de la Madorra en la parroquia marítima de Panxón, ayuntamiento de Nigrán (Pontevedra) (Fig. 1). (Villar, 2014: 216).
Ante la construcción de una edificación y dada la localización del solar en el ámbito de protección de los yacimientos de Rúa do Arco, el BIC Arco Visigodo de Panxón y el castro do Monte do Castro, se desarrollaron de diferentes intervenciones arqueológicas dirigidas por Rosa Villar Quinteiro, entre 2006 y 2007. Las intervenciones se iniciaron en julio de 2006 con la realización de sondeos valorativos que permitieron la identificación de restos de posible época romana (Villar 2006; Villar 2008). Los hallazgos supusieron ampliación de la superficie de trabajo y la realización de una excavación en área (Villar 2007; Villar 2008). Como resultado de los trabajos llevados a cabo se identificó un alfar de cronología romana, dedicado a la producción de materiales de construcción y ánforas (Villar 2009: 9-10; Villar, 2014: 215-216). Se trataría de un centro importante que superaría el ámbito doméstico y, posiblemente, el local. Este estaría en funcionamiento entre la segunda mitad del siglo I-II d.C. hasta el V d.C. (Villar, 2014: 235-236).
Los restos identificados permiten comprender la organización del alfar. De este modo, un muro pétreo serviría como eje de distribución. Al norte de este se localizaría el patio de trabajo de la arcilla, donde se localizarían diversos puntos de acopio de materia prima (se conocen barras de arcilla en el litoral de Monteferro, próximas al yacimiento, así como otras en ayuntamiento de Panxón). En esta área también se localizarían las pilas de amasado y, posiblemente, en este patio, se almacenasen trozos de piezas rotas durante el proceso de fabricación (según la cantidad de fragmentos de ánfora recuperados). Al sur del muro se documenta un pavimento rústico que funcionaría como espacio de secado de las piezas al sol, antes de su cocción en el horno. Así mismo, en este espacio se documentó un área de destrucción, donde podría existir una techumbre, correspondiente con el espacio doméstico del alfar (y donde se recuperaron fragmentos de cerámicas domésticas). Más al sur, se identificó un espacio relacionado con los centros de calor que podría formar parte del infierno de un horno. Así mismo, estos también podrían corresponder a la zona doméstica de los trabajadores del alfar, segundo la dirección de un canal de aguas interpretado como estructura para la evacuación de aguas de la parte doméstica (Villar 2009: 74,75; Villar 2014: 234-235).
El hallazgo del alfar romano de Panxón contribuye al esclarecimiento del pasado romano de la villa costera. Otras evidencias de la ocupación romana de la villa se encuentran en el yacimiento castreño de Monte do Castro, donde algunos de los materiales recuperados apuntan a la vigencia de su ocupación en época romana (Villar y Villacieros 2010: 138).
Fases de actividad del alfar
El período de actividad del alfar, según la información extraída del estudio de los materiales recuperados, podría iniciarse en la segunda mitad del siglo I a.C. – II d.C. Este continuaría hasta el siglo V d.C., según indican las cronologías de las ánforas lusitanas, con las que se relacionan tipos presentes en el yacimiento. Posteriormente tendría lugar la suspensión de la producción en el alfar y su abandono en época tardía podría tener alguna relación con una fase de petrificación de las estructuras mediante el refuerzo de bases y pavimentos con piedra local, aunque se desconoce si en esta última fase continuó la actividad en el alfar. Tras su abandono el material constructivo fue realizado en otras construcciones. En el siglo XX tendría lugar la última modificación de las estructuras con la edificación de un inmueble en el centro del espacio de intervención, paralela a la explosión del sector inmobiliario que llevó a la construcción de nuevos edificios en los solares próximos (Villar 2009: 75-76; Villar 2014: 235-236).