Enric Colom Mendoza , 2023: Cal Ros de les Cabres, Figlinae Hispanae, https://figlinaehispanae.icac.cat/yacimiento/cal-ros-de-les-cabres/
DOI: https://doi.org/10.51417/figlinae_126
Se trata de una importante villa romana, situada junto al torrente de l’Ase, sobre un sustrato geológico formado por areniscas y arcillas de color rojo intenso. El yacimiento es conocido desde finales del siglo XIX, cuando el propietario de la finca y aficionado a la arqueología, T. Morrison, se dedicó a excavar para recuperar piezas aisladas, sin publicar ninguno de los hallazgos (Marqués 1989: 1-2). Tras su muerte, los restos volvieron a cubrirse. En estas primeras “intervenciones” se localizaron muros con decoración pictórica, capiteles de columna, pavimentos de opus signinum y un conjunto de cinco mosaicos, además de fragmentos escultóricos (Prevosti 1981: 64)
En 1946, Serra Ràfols llevó a cabo una serie de excavaciones en el yacimiento, recuperando nuevamente uno de los mosaicos hallados anteriormente (que actualmente se expone en el Museu d’Arqueologia de Catalunya, en Barcelona), y documentó una serie de dependencias pertenecientes a la pars rustica de la villa. En 1958, el mismo Serra Ràfols realizó nuevamente una serie de sondeos llegando hasta los niveles ibéricos sobre los que se había asentado la villa. A parte, se descubrieron nuevos mosaicos, fragmentos de fuste de columna, estucos, peldaños de mármol, etcétera (Revilla 1995: 239)
En los meses de julio y agosto de 1984 se llevó a cabo una campaña de excavación, dirigida por A. Rodríguez para conocer la extensión del yacimiento, así como comprobar el estado de conservación de los restos arqueológicos, si bien no se pudo encontrar ninguna estructura arquitectónica que fuera de época romana (Rodríguez 1984).
Entre febrero y marzo de 1986, Anna Marqués llevó a cabo una campaña de sondeos en el sector más meridional de la finca, localizando una gran bolsa de material cerámico compuesta por cientos de fragmentos de ánfora de tipología Pascual 1, así como cerámica común (Marqués 1989).
Entre marzo y abril de 1988, durante unos trabajos de rebaje de tierras en la finca, se llevó a cabo una prospección para conocer el estado del yacimiento, llegando a la conclusión de que las estructuras se encontraban en muy mal estado de conservación y prácticamente arrasadas. Finalmente, entre mayo y agosto de 1989, se llevó a cabo una intervención de urgencia motivada por unas obras que implicaban rebajes en los terrenos de la finca. Pudieron documentarse una serie de estructuras relacionadas con la producción vitivinícola, dos depósitos revestidos de opus signinum, dos contrapesos de prensa, así como un conjunto de 6 dolia. A parte, al N de estas estructuras, se localizaron dos hornos para la fabricación de cerámica y un área de vertedero cerámico compuesto mayoritariamente por ánforas del tipo Pascual 1 (Burés y Marqués 1991: 115-116).