Enric Colom Mendoza , 2023: Torre Llauder, Figlinae Hispanae, https://figlinaehispanae.icac.cat/yacimiento/torre-llauder/
DOI: https://doi.org/10.51417/figlinae_134
La villa romana de Torre Llauder se ubica dentro del área urbana del término municipal de Mataró, en la zona conocida como “Pla d’en Boet”. Está situada en una posición estratégica, en una llanura frente al mar, a unos 5-10 msnm, y a unos 500 m de la actual línea de costa. A parte, la ciudad de Iluro se encontraba a 1,2 km y a unos 650 m del paso de la Via Augusta. Por tanto, se trata de una villa suburbana. El sustrato geológico está constituido por arcillas, arenas y conglomerados cuaternarios (Pérez Tort y Cerdà Mellado 1989).
En 1737 ya se tienen noticias de este importante yacimiento, así como en 1777, aunque las anotaciones permanecieron en un manuscrito que no vio la luz hasta 1949. Los primeros trabajos arqueológicos fueron dirigidos por M. Ribas en 1961, y fueron continuados hasta 1969, aunque desgraciadamente el yacimiento fue parcialmente arrasado por movimientos de tierras y extracciones de arenas para la construcción. Gracias a los trabajos realizados por Ribas y un grupo de arqueólogos del Museu de Mataró, pudo salvarse parte de la pars urbana de la villa y un conjunto termal, así como parte de la pars rustica de la misma y un conjunto de tres hornos de planta rectangular colocados en batería. En 1970 se demolió la masía de Torre Llauder y se trazó la red de alcantarillado y alumbrado público por su paso, destruyendo nuevamente parte del yacimiento romano.
A partir de 1981 la dirección de las excavaciones fue asignada a M. Prevosti y J.F. Clariana (1988), quienes llevaron a cabo una serie de intervenciones hasta 1985 y pusieron al descubierto una figlina amphoralis, así como una cella vinaria. En 1989, con motivo de la construcción de un polígono industrial en la zona, fueron destruidas algunas estructuras de época romana: paredes, un lacus, un dolium y pavimentos de opus tesselatum, iniciándose unas excavaciones de urgencia dirigidas por S. Pérez y J.A. Cerdà, quienes documentaron un conjunto de habitaciones y un vertedero de material anfórico. Finalmente, en una última campaña de excavaciones, iniciada en 2006, se realizaron varios sondeos para conocer los niveles previos a la construcción de uno de los peristilos de la villa (Puerta López y García Rosselló 2014: 192), hallándose los restos de un horno rectangular de tipología II/b de Cuomo di Caprio (2007: 524, fig.169). En 2010, durante los trabajos arqueológicos realizados en la zona del peristilo, se documentó una nueva área de vertedero cerámico del alfar, formada casi exclusivamente por restos de ánforas Pascual 1.