Mª Rosa Pina Burón , 2022: Cerro de Ariza, Figlinae Hispanae, https://figlinaehispanae.icac.cat/yacimiento/cerro-de-ariza/
DOI: https://doi.org/10.51417/figlinae_003
El alfar de Cerro de Ariza se localiza a unos 10 km al noroeste de Écija, en la ladera de un cerro junto a la margen izquierda del Genil, a 200 m del asentamiento de carácter urbano de Isla Grande (Segouia). Ocupa una superficie aproximada de 2,2 ha (Bourgeon, 2022, 191).
Fue investigado por primera vez en 1976 por G. Chic. Interpreta los restos de superficie como pertenecientes a una villa romana, situada en lo alto del cerro, y un alfar de ánforas Dressel 20 dependiente de esta, en la parte baja, a la vista de los abundantes restos cerámicos, entre los que recoge un asa con sello. Además, señala la presencia de un muro de contención hecho de grandes sillares en la orilla del río, en contacto con el agua (Chic, 1985, 40; 2001; 107).
M. Ponsich efectuó prospecciones unos años más tarde, comprobando la abundancia de restos cerámicos que “cubrían” el cerro: fragmentos de ladrillos, tejas, terra sigillata hispánica y numerosas asas de Dressel 20, que atribuye a “un horno o un basurero de ánforas” (Ponsich, 1991, 67).
En 1997 y 1998 se realizaron sendas excavaciones de urgencia en el ámbito de las construcciones visibles sobre la parte inundable de la ribera, a cargo del arqueólogo municipal de Écija S. García-Dils. Las intervenciones se centraron en los restos murarios, y sacaron a la luz tres edificios absidiados construidos con material reutilizado, que fueron interpretados como posibles mausoleos vinculados a un monasterio de época tardía (Ordóñez et alii, 2013, 347-351).
En 1999 los arqueólogos P. Sáez y E. García Vargas recuperaron en superficie nuevas asas de Dressel 20 con marcas, que son incorporadas al corpus epigráfico del yacimiento en la reedición de la obra de G. Chic García (2001; 107-108).
El yacimiento es recogido como centro productor de ánforas Dressel 20 en los trabajos de síntesis de G. Chic y E. García Vargas, que señalan la existencia de un pequeño vertedero con desechos de cocción de Dressel 20 junto al camino de La Palmosa y proponen una cronología centrada en los siglos I-II d.C. (2004, 294) y de P. Berni (2008, 418-419).
Oriane Bourgeon prospectó de nuevo el lugar en 2014, en el marco de su investigación doctoral y del proyecto OLEASTRO. Delimita el yacimiento y señala una mayor concentración de los restos correspondientes al alfar en la ladera sur del cerro, entre los que destacan los numerosos fragmentos de Dressel 20, entre ellos asas con marcas PLS, lebrillos, tejas, ladrillos sobrecocidos, fragmentos de hornos y una base de torno alfarero. Además, los abundantes ladrillos de opus spicatum en superficie apuntarían hacia la posible presencia de una prensa de aceite (Bourgeon, 2022, 193-194).