Mª Rosa Pina Burón , 2022: Doña Mencía, Figlinae Hispanae, https://figlinaehispanae.icac.cat/yacimiento/dona-mencia/
DOI: https://doi.org/10.51417/figlinae_018
El alfar de Doña Mencía se localiza dentro del cortijo homónimo a la altura del Km 15,5 de la carretera de Écija a Palma del Río, en la margen izquierda del Genil, alejado unos 300 m de la orilla actual, pero junto al que sería el cauce antiguo del río. El yacimiento ocupa una superficie aproximada de 13,5 ha, si bien la concentración de restos correspondientes al alfar se estima en unas 1,8 ha (Bourgeon, 2022, 217).
Fue explorado por primera vez en 1976 por G. Chic, que lo define como taller de ánforas a la vista de los numerosos fragmentos cerámicos en superficie y pese a la escasez de marcas recuperadas (Chic, 1985, 41; 2001, 108-109; Chic y García Vargas, 2004, 94).
M. Ponsich prospectó la finca de nuevo unos años más tarde, corroborando la abundancia de restos anfóricos sobrecocidos y de material latericio en torno al espacio ocupado por el antiguo cortijo desaparecido. Caracteriza el sitio como “centro alfarero importante con numerosos hornos” que también fabricó lebrillos, marmitas y ladrillos para columnas. Además, menciona el hallazgo de terra sigillata aretina, sudgálica, hispánica y africana de la que deduce una ocupación desde inicios del siglo I d.C. hasta el IV ó V d.C. (Ponsich, 1991, 73).
La epigrafía de las Dressel 20 de este centro es analizada en el catálogo de P. Berni (2008, 412-414). El autor valora los yacimientos de Doña Mencía y Tesorillo de Doña Mencía como pertenecientes a un mismo complejo industrial, sede de la figlina Italica al menos hacia mediados del siglo II d.C., cuyo nombre aparece más o menos desarrollado en algunos de los sellos procedentes de los dos emplazamientos.
Oriane Bourgeon volvió a prospectar el yacimiento en 2015, en el marco de su investigación doctoral y del proyecto OLEASTRO, destacando además de los hallazgos procedentes del alfar (ánforas, lebrillos recocidos, fragmentos de hornos y bases de tornos) algunos restos constructivos y cerámicos asociados a un núcleo de hábitat de tipo villa (placas de mármol, bloques de calizas, fragmentos de columnas, terra sigillata sudgálica y africana y ánforas Beltrán IIB) e indicios de la posible presencia de una prensa de aceite vinculada al complejo (ladrillos de opus spicatum y fragmentos de opus signinum) (Bourgeon, 2022, 219).