Fases de actividad
Las características de la estructura del horno, por comparación con otros ejemplos, permitieron encuadrarlo en la Antigüedad Tardía, alrededor del siglo III d.C. (Díaz 1999: 75-76). Las tégulas recuperadas se encuadran al grupo de piezas de “buena época” (siglos I-III d.C); un fragmento recuperado en el escorial, adscrito a la fase de funcionamiento del taller, se adscribió a época galaico-romana (siglos I-IV d.C.). Por lo tanto, se trata de un yacimiento de “época galaico-romana” cuyo funcionamiento debió de extenderse a lo largo del siglo III d.C. (Díaz 1999: 76, 77).
Fases de funcionamiento del horno
La excavación permitió, a través de la secuencia estratigráfica, la identificación de las diferentes fases. Estas se resumen a continuación a partir de la información proporcionada por Fructuoso Díaz (1999: 54-58):
Fase 1. Estado inicial de la zona antes de la instalación del taller.
La localización del horno se estableció en función de las condiciones naturales, las cuales permitieron el aprovisionamiento de las materias primas necesarias para el funcionamiento del horno, así como para la elaboración y procesado de las piezas producidas.
Fase 2. Instalación del taller de fabricación de cerámicas de construcción en Chouza da Ponte y construcción del horno.
El taller se construyó en un resalte topográfico, mediante la excavación en el sustrato geológico donde se instalaron los muros de la cámara de combustión, con las dimensiones necesarias para el prolongamiento (hacia el norte) del praefurnium.
Fase 3. Funcionamiento del taller: hoyos, basureros, huellas y reparaciones.
El trabajo de cocción de tejas dejó evidencias materiales alrededor del horno. Ante la ausencia de desagües en el fogón se supone la existencia de una techumbre sobre el laboratorio y el foso de alimentación del fogón, lo que podrían confirmar la presencia de hoyos de poste, La cocción de las piezas supuso la protección de los arcos del interior del fogón, mediante su revestimiento con mortero y la colocación de toberas que facilitaban la circulación del calor. Así mismo, se hallaron hoyos y se acondicionaron pavimentos, que servirían de depósitos o basureros. En un momento determinado, ante el posible deterioro de la estructura, el praefurnium y la solera fueron reparadas; esto podría significar que ante un período de abandono el lugar fue reutilizado de nuevo. En las inmediaciones del yacimiento se conservaron las huellas del acarreo de tejas desde el taller hasta el camino.
Fase 4. Cierre y sellado temporal del horno.
En un momento determinado y posiblemente ante el deterioro del taller, el praefurnium y la solera fueron reparados; tras un período de abandono este fue reutilizado de nuevo. El cierre y sellado temporal del horno se debió producir ante la estacionalidad del trabajo en el taller de fabricación de tejas. Pues para proteger la estructura más delicada (el horno) este se cegó en su acceso al fogón y parte de la solera con piedras, tierra, ladrillo, tégulas ímbrices y bloques.
Fase 5. Abandono del sitio.
Por razones desconocidas, el taller no volvió a utilizarse, lo que provocó el derrumbe de los restos de los muros de la cámara de cocción, un derrumbe en el interior del fogón debido al deterioro de las paredes internas y los arcos de éste. Al no poder sostener el peso del relleno uno de los arcos se derrumbó.
Fase 6. Olvido del sitio y nuevos usos del suelo y del lugar.
Sobre el yacimiento se desarrolló un potente suelo húmico, aprovechado para usos agrícolas. Primero se usó como terreno de cultivo, con lo que se pusieron al descubierto fragmentos de tejas, luego como pastizal.
Fase 7. Hallazgo del yacimiento arqueológico.
Espacios documentados
Tipo de espacio: Hornos
Se trata de un horno encajado en el substrato geológico, con cámara de cocción de planta rectangular y fogón con corredor. Este cuenta con unas dimensiones de 3,5 m de anchura (eje E-O) y 4 m de longitud (eje N-S), construido con aparejo de mampostería de pizarra concertada con argamasa.
En el substrato geológico se abrió una amplia fosa para acoger los muros de la cámara de combustión, prolongandose hacia el norte para la construcción del praefurnium. El suelo fue acondicionado mediante una suave rampa que salva el escalón natural de la superficie de trabajo. La caja del fogón se conformó mediante la construcción de cinco muros de mampostería de 1,5 m de altura y 2 m de longitud aproximada. La caja del fogón fue reforzada con cuatro arcos de medio punto. En el interior se abrió una fosa como hogar del fogón y se preparó un ligero pavimento de mortero sobre la gravera que hacía de solado. El praefurnium lo formaban un arco derruido y dos muros construidos con aparejo de soda mediante bloques de pizarra y ladrillos (Lydium). La bóveda no se conservó debido al peso del relleno. Sobre los arcos y los muros del fogón se extendió un suelo de hormigón horadado; sobre esta estructura se levantó la cámara de cocción o laboratorio (posiblemente con la misma forma cúbica que el fogón) utilizando bloques de pizarra. La forma de la techumbre se desconoce, al igual que la existencia de puertas o accesos al interior (Figs. 3,4, 5) (Díaz 1999: 55-56).
Tipo de espacio: Secaderos
Durante la excavación se identificó una eira, correspondiente con un terreno duro, liso, bien nivelado de 200-800 m2 de superficie alrededor del horno. Esta área se interpretó como el posible espacio correspondiente al área empleada para el secado de las tejas y su depósito tras la cocción (Díaz 1999: 80).
Tipo de espacio: Testares
Sobre el propio substrato geológico se abrieron hoyos y se acondicionaron pavimentos con la finalidad de servir de depósitos o basureros. Entre ellos destaca un hoyo excavado al pie del muro oriental del horno, en el cual se encontraron nueve fragmentos de cacharros de vajilla de uso doméstico. Así mismo, al este del horno, se halló un depósito de carbones vegetales, interpretado como un “escorial” o depósito de carbones extraídos de la caldera del horno tras las cocciones, donde se identificaron fragmentos de piezas de vajilla (uno de ellos decorado mediante incisiones) (Díaz 199: 57).
Tipo de espacio: Vías de comunicación
Transporte de las tejas
Se trata de un conjunto de huellas localizado al norte del yacimiento, las cuales fueron interpretadas como indicios del acarreo de las tejas desde el taller hasta el camino. Podrían corresponder con marcas de patín o trineo (Díaz 1999: 57).