Mª Rosa Pina Burón , 2022: Malpica 1, Figlinae Hispanae, https://figlinaehispanae.icac.cat/yacimiento/malpica-1/
DOI: https://doi.org/10.51417/figlinae_007
El alfar de Malpica 1 se localiza dentro de la finca homónima a unos 9 km al sureste de la población de Palma del Río, junto a la orilla derecha del Genil. El yacimiento se extiende a ambos lados de la carretera intercomarcal de Palma del Rio a Écija, que lo atraviesa, y ocupa una superficie aproximada de 2,7 ha (Bourgeon, 2022, 305).
Se trata de uno de los grandes talleres de Dressel 20 del valle medio del Genil, cuyas ánforas conocieron una gran difusión en el Imperio romano, y que ha proporcionado con un corpus epigráfico muy notable, compuesto por más de 400 sellos. Desde finales del siglo I d.C. hasta finales del II d.C. al menos fue propiedad de la poderosa gens de los Iuventii, perteneciente a la elite municipal de Axati (Lora del Río), varios de cuyos miembros fueron a la vez productores y exportadores del aceite (Remesal y Moros, 2019).
El sitio de Malpica 1 ha sido prospectado en numerosas ocasiones y excavado en dos campañas de urgencia, que sacaron a la luz distintas áreas de trabajo del alfar y espacios residenciales.
El yacimiento fue explorado por primera vez en 1980 por G. Bonsor y W. G. Clark Maxwell, durante sus expediciones por el valle del Guadalquivir. Descubrieron abundantes fragmentos de ánforas en el lecho del río y recuperaron 14 marcas sobre asas de Dressel 20 (Clark-Maxwell, 1899, 259; Bonsor, 1989 [Ed. Or. 1931], 26; Lám. XXXI y Lám. XXXII).
En la década de 1970 lo prospectó M. Ponsich, que describe el sitio como “una vasta zona industrial donde los hornos alfareros se suceden hasta el Cortijo del Judío”, dedicada a la producción de ánforas de aceite y, también, material de construcción y cerámica común. Recupera numerosas asas de Dressel 20 con sellos y menciona la presencia de terra sigillata sudgálica, hispánica y africana en superficie, de lo que deduce una ocupación del sitio hasta el siglo IV d.C. (Ponsich, 1979, 128).
G.Chic García visitó la finca de Malpica en 1975, y pudo observar en superficie “restos de muros construidos con tiestos”, un horno de planta circular, muy destruido, así como numerosas asas de ánforas con marcas (Chic, 1985, 44).
J. Remesal prospectó el yacimiento en 1981 y recogió abundante material epigráfico, publicado en un trabajo reciente dedicado a la clasificación y análisis de la serie de marcas de C. Iuventius Albinus y la organización productiva del taller (Remesal y Moros, 2019).
Entre 1996 y 1997 fue excavado de urgencia, al verse afectada la zona arqueológica por las obras de reforma de la carretera que la atraviesa. La intervención, desarrollada por el grupo arqueológico “Saxoferreo” de Palma del Río, consistió en la apertura de una zanja en la que apareció parte de un gran edificio de uso residencial, datado en la primera mitad del siglo II d.C. (García Vargas, 1998, 122-123).
En 2002-2003 Salvador Barea, Juan Luís Barea y Juan Solís prospectaron de nuevo el terreno, recién acondicionado para la plantación de olivos y con abundante material en superficie, y recogieron nuevos sellos de Dressel 20 incluidos en el estudio de Remesal y Moros (2019, 230 y nota 15).
En 2005 se efectuó una prospección preventiva previa a la instalación de la red de distribución de gas natural a la planta de Pascual en Palma del río, a lo largo de todo su trazado, entre la margen derecha del Genil y la carretera A-453, a cargo de Ernesto J. Toboso y Pilar Pineda. Constataron la presencia de dos yacimientos ya incluidos previamente en la Carta Arqueológica del Municipio, siendo uno de ellos el de Malpica 1, al que los autores denominan “zona 2” y definen como zona de “amplia dispersión de materiales cerámicos inconexos correspondientes a restos afóricos y constructivos”, principalmente galbos de Dressel 20 y, en menor medida, también bocas y asas (Toboso y Pineda 2010).
En marzo de 2014 O. Bourgeon volvió a prospectar la finca de Malpica, en el marco de su investigación doctoral y del proyecto OLEASTRO, proporcionando una delimitación precisa del yacimiento, así como de sus áreas de dispersión y de concentración de restos cerámicos en superficie. Recuperó fragmentos de ánforas Dressel 20 y Dressel 23, así como lebrillos/soportes y numerosos sellos (Bourgeon, 2022, 305-314).
La más reciente de las intervenciones tuvo lugar en julio de 2015. A raíz de las obras para la instalación de una conducción de agua, se llevó a cabo una segunda excavación de urgencia, al Este de la zona abierta en los años noventa, que afectó a una superficie de 195m2. Esta intervención, cuyos resultados son todavía inéditos, puso al descubierto parte de las áreas de trabajo del alfar -una sala de torneado, varias piletas de decantación de la arcilla y un espacio de almacenaje de ánforas- que presentan las mismas características constructivas y orientación que el gran edificio exhumado durante las campañas anteriores, lo que ha llevado a pensar que todas las estructuras conocidas hasta la fecha habrían formado parte de un único complejo industrial de grandes dimensiones (Bourgeon, 2022, 310-311).